Q POLVO ECHAN

Q POLVO ECHAN

viernes, 5 de febrero de 2010

Capitulo 8







Después de comer, David tiene un par de horas de descanso antes de volver al trabajo. Muchas veces suele pasar por un cibercafé que hay cerca para distraerse. Justo al llegar se está haciendo pis. Para su sorpresa, ve que está ahí ese joven musulmán que le excitó un par de días atrás y que se quedó con las ganas de verlo en el lavabo.
--¡a lo mejor hoy es mi día de suerte¡
David va poco a poco. No quiere parecer muy descarado. Se está poniendo cachondo.
--¿¿cómo tendrán la verga los moros? –va pensando.
Nunca le ha visto la deseada arma sexual a un árabe y le encantaría que ese chico fuera el primero. No es especialmente guapo pero le da morbo que sea musulmán. Le pone cachondo. Cuando David entra en el lavabo, justo él se está por poner y en los urinarios. David está bien caliente.
--¡¡qué cosa más bella estoy por ver¡ ¡¡a lo mejor hasta se la puedo comer¡ --piensa cachondo.
El musulmán se está desabrochando los pantalones justo en medio del pasado. David nunca se había puesto más cachondo.
--¡es mi día de suerte¡ ¡¡seguro¡ --piensa David que ya se ve encerrado en el wáter con el guapo árabe haciéndole una sabrosa felación.
Emilio está a su lado y ve perfectamente los calzoncillos del otro. David está ya muy cachondo y saboreando el espectáculo del que disfrutará. El deseo de David es demasiado fuerte y el árabe se da cuenta. Le ve a David demasiado las ganas de “violarlo” y de repente va al lavabo y se encierra y todo. David se queda frustrado.
--¡vaya cambio¡ ¡¡que frustre¡ --piensa.
Los calzoncillos son verde oscuros como los de la otra vez. Lo tiene muy cachondo. Le molesta que se haya dado cuenta de lo que siente pero le gusta mucho y bueno es su palabra contra la de él piensa para calmarse. Cuando el árabe sale del lavabo, David lo escucha hablar por el móvil. En español. Su voz es muy sensual. Le gusta como sonríe. Le ve coqueteando con una chica árabe, con burka. A David le gusta mucho sonríe el chico. Muy divertido con su amiga. Se va caminando muy chulo. El trasero se le ve aplastado. No sexy pero en general a David le gusta ese chico. David se sienta en el ordenador. Está muy caliente. Justo delante tiene a un chico gordito pero guapo. Está de pie. El que está sentado es su amigo macizo. El gordito está inclinado y luce sus Calvin Klein. La marca está en letras muy grandes. A David le pone muy cachondo.
--¡a ese gordito yo le haría de todo¡ --piensa.
A David le gusta el lugar. No sólo porque se entretiene con internet sino por los chicos guapos que ve. Ve entrar a uno. ¡Va directo al lavabo¡ Es muy guapo . David acaba de ir pero no se lo piensa. Lo sigue. Para su sorpresa, el guapo se está lavando los dientes y mucho rato. David está haciendo que mea. No se oye nada y teme que sea descarado pero se queda. No quiere quedarse con las ganas de verle la verga a ese guapo. El culo de ese guapo tiene muy cachondo a David. . Son jeans anchos pero le quedan muy sexy. Se encierra en el wáter para frustración de David. Lo escucha haciendo pis y eso le pone cachondo. Tiene ganas de descargar su placer pero prefiere seguir al chico.
--es muy guapo, lástima que no me haya regalado el gusto.
El guapo se queda un buen rato. En el momento en el que se va, tiene el culo en pompa. No es especialmente atractivo pero se le ven mucho los calzoncillos. Azul marino. Muy ceñidos al cuerpo. El guapo se está abrochando los cordones. David pasa por su lado. Se le ve un poco la goma. Está cachondo y pasa por segunda vez que es ya cuando se le ven mucho.
--¡sería genial verlo sin los pantalones¡ --piensa David.
David está cachondo. Aún le quedan unos minutos antes de entrar y aprovecha para encerrarse en el wáter donde ha hecho pis el guapo y se masturba pensando en él y en el guapo árabe.

(Hector Peña: el gordito de los Calvin Klein)

(Imanol Landeta el guapo de los calzoncillos azul marino)



Nicolás está en la biblioteca. Es una excusa para estar cerca de hombres guapos. La mayoría estudiantes. Le fascina la carne joven y está al acecho por si ve alguno ir al lavabo. Ve de lejos (está en el exterior) al adolescente que le ha cautivado. No sabe bien porque pero se jovencito le atrae mucho. Le ve la goma de los calzoncillos y eso le pone caliente. Va al lavabo porque necesita enfriarse un poco. Se lava un poco la cara. Ve a un chico que está haciendo pis. Se iba a poner a su lado pero se da cuenta que desde el espejo puede verlo. Además el chico está apunto de irse. Por el espejo lo ve como se estira la verga para sacarse la última gota. Le ve mucho el pellejo.

(colaboración especial de Guillermo Barrientos)
David está trabajo. Es su última hora. Exactamente le queda hora y media. Emilio está sentado en el banco que hay en frente del bar. Suspirando por ese guapísimo camarero:
--¡¡qué guapo es¡
A Emilio le gusta mucho el chico. De hecho cada día está más enamorado de David. Desea estar ahí en la hora que sale con la ilusión que algún día se anima y se acerca a él y pueda irse juntos. Ha pasado todo el día pensando en David. No quería salir antes de hora pero no se ha podido resistir. David está en la barra del fondo. Al cabo de un rato Emilio lo ve salir llevando la bandeja con un vaso de refresco.
--debe ser que sólo tienen una bandeja y por eso ayer no le tocaba –comenta al recordar como el día anterior llevaba todas las consumiciones en la mano.
Hay mucha gente. Desde el banco de siempre apenas lo ve. Emilio se acerca. Le cuesta verlo. Le ve la cara, en primer plano. Emilio suspira.
--¡¡es guapísimo¡
En las noches va vestido más elegante. Informal o no, David es un chico guapísimo. A Emilio le fascina todo de él.



Son las 20,23. Emilio ha ido un rato a casa pero ha vuelto para “compartir” con David los últimos minutos de este en el trabajo. David está en la barra del fondo. Lo ve salir. En una mano un zumo que tiene agarrado por un plato y en la otra mano dos vasitos de helado. Un comentario que se hace Emilio.
--¿¿qué pasa con la bandeja?¿es que no tienen?
Emilio observa todos los movimientos de David. Es todo un entretenimiento para él. David es toda una delicia para Emilio. Ve como agarra dos vasos sucios.
--¿qué es lo que pasa? –se pregunta Emilio.
Emilio se da cuenta que ha habido un problema porque una mujer le comenta algo y David se lleva la coca-cola de la mujer. David la lleva a la barra. Comenta algo. Emilio ve como David se queda hablando con alguien en la puerta del almacén. Entra. No tarda en salir y Emilio lo ve en la barra del fondo. Sale. Sigue sin llevar bandeja. En una mano un refresco y en la otra lleva una cosa pequeña que Emilio no alcanza a saber qué debe ser. De nuevo entra y va a la barra del fondo.
--¡es un trabajo agotador¡ --piensa Emilio.
Eso sí, hoy a David lo ve más tranquilo. En un momento dado, Emilio ve a la jefa, en el exterior del bar con las manos en los bolsillos.
--¡todos trabajando y ella tan tranquila… ¡¡ay explotadora¡ --dice para sí Emilio.
Emilio lleva un rato sin ver a David. La última vez que lo ha visto ha sido en la barra del fondo. No sabe si es que alguien se lo tapa o ya ha entrado en el almacén. Mira su móvil. Son las 20,29.
--Supongo que ya debe acabar… ¡¡a lo mejor está ya desnudándose¡ --murmura Emilio.
Emilio se pone muy cachondo imaginándose a David desnudo.
--¡cómo me gustaría verlo¡
Son las 20,38. Aún no hay señales de David.
--Tarda en salir, supongo que sí debe estar cambiándose –va diciéndose Emilio para sí—se tiene que sacar toda la ropa. Los pantalones, el jersey ¡ahora tiene que estar en calzoncillos¡
Emilio ama y siente una profunda atracción hacia David. Le encantaría verlo en calzoncillos. Se lo imagina y enferma de placer.
--¡y con tanta chica suelta…¡ ¡¡qué peligro¡ ¡¡seguro que él se deja ver¡
Y eso lo dice con celos porque le encantaría ser cualquiera de esas chicas y poder abrir la puerta y contemplar a todo ese pedazo de monumento casi desnudo.
--¡Ahora, ahora¡
Emilio se sobresalta cuando lo ve salir a David. Ya está cambiado y con la bolsa. Sale. No dice nada. Saluda con la mano muy amable a una. Agarra el móvil. Habla mientras va caminando muy deprisa. Casi corriendo como siempre.
--¡qué guapo es¡
Emilio se queda deslumbrado viendo desaparecer a David. También le causa pena tener que esperar hasta mañana para volver a verlo pero un día más es una nueva oportunidad para poder disfrutar del guapísimo camarero. ¡Ya vaya sí lo goza¡

Al llegar a su casa, David se encuentra en el vestíbulo con el vecino musulmán con el que soñó días atrás. Un sueño erótico. Verlo después de soñar con él hace que se dé cuenta de lo guapo que es.
--¡¡menudo macho¡ --piensa.
Aunque no se atreve más que a mirarlo de reojo, ese joven le despierta una fuerte atracción sexual a David. Lleva unos pantalones bien apretados y a David le entra un sofoco. Está comiendo y le saluda con la boca bien llena. Es muy macarra. A David le gusta mucho. Le habría gustado que su sueño se hiciera realidad. Se habría dejado joder por él en ese mismo instante. Nada más entrar en su casa se tiene que dar una ducha helada porque está muy caliente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario