Q POLVO ECHAN

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lunes, 8 de febrero de 2010

Capitulo 29



Emilio está hechizado por Humberto. Físicamente no corresponde a su tipo de hombre ideal pero es muy dulce, es cariñoso. Le gusta como lo trata. Le gusta estar con él. Emilio siempre estuvo esperando a su príncipe, el chico que fuera el primer y único hombre en su vida. No está seguro que sea Humberto ese hombre. Su dulce mirada le indica que sí es sincero en sus sentimientos y Emilio lo besa sin miedo. Humberto sonríe con melancolía. Agarra la flor que ha destrozada Marcos.
--mañana te compraré otra
Los dos se abrazan muy dulcemente. Los padres de los chicos han aceptado muy cálidamente a Emilio. Cena con todos en la mesa. Humberto y Emilio están juntos como la pareja que ya son. Emilio lo mira sorprendido. Nunca un chico lo ha querido de esa manera, nunca nadie lo había metido en su vida. Se siente extraño teniendo un chico a su lado. Un novio, Humberto es su novio. Es lo que siempre deseó. Emilio se siente incómodo por la presencia de Marcos y su novia que no hacen más que mirarlos y reírse.
--¿qué les pasa a esos estúpidos? le susurra Emilio a Humberto.
Humberto agarra de la mano a su chico y le susurra:
--No les hagas caso.
Después, la pareja sale al jardín. Se sientan los dos en una tumbona. Hablan durante un buen rato. Tienen tantas cosas que saber el uno del otro. También se besan, se acarician. Aunque Humberto no le atrae sí le gusta estar con él. Comportarse como una pareja. Nunca un chico había sido tan cariñoso con Emilio y a Emilio eso le gusta. Le gusta mucho. Humberto le pone las manos en las mejillas y le dice:
--hay algo que tengo muy claro es que te amo y quiero pasar toda la vida a tu lado.
Emilio mira a Humberto lloroso. Siempre deseó que un chico le dijera eso. Siente una punzada de tristeza en su corazón al pensar en David pero lo borra de su mente. Sonríe:
--Yo también
No lo dice con el corazón sino con la cabeza. Emilio se deja llevar por los sentimientos de Humberto. Se aferra a él. Quiere amarlo, quiere ser feliz. Siempre le ha costado relacionarse con la gente y ha tenido pocos contactos con los chicos. Humberto es todo lo que siempre deseó que David le diera y no piensa perder la oportunidad de ser feliz por fantasmas del pasado.


Al día siguiente, Emilio se presenta en la casa de Humberto. Éste lo está esperando en la puerta con dos flores.
--una para hoy y otro por ayer le dice cariñoso.
Emilio está fascinado.
--¿de donde has salido tú? Es que pareces que te hayas caído del cielo para hacerme feliz.
Humberto es muy cariñoso con él:
--Eso sí Yo me voy a encargar de hacerte sonreír todos los días de tu vida
Emilio está tan contento que no puede creer que todo lo que le está pasando es cierto. Humberto le quiere demostrar que lo que están viviendo no es un sueño, que es de verdad. Se tumban en la cama de Humberto y se besan hasta la saciedad. Emilio está feliz en brazos de Humberto.
--hacía tanto que no estaba así con un chico
--¿si?¿y eso?
--Estuve muy enamorado de un chico hetero, nos besamos ¡Si hasta dejó que se la chupara¡ pero era todo una broma Para que lo hiciera los deberes ¡ No me atreví a acercarme a ningún chico
Es algo que lo marcó en la adolescencia aunque ya lo ha olvidado. Humberto le agradece la confianza:
--pero yo no te voy a fallar.
Emilio siente el amor de Humberto. Cree en él.
--Lo sé
Está feliz en brazos de Humberto aunque tiene un poco de miedo:
--Nunca he estado con ningún otro chico ¿entiendes? le dice algo con timidez.
--¿eres virgen? pregunta Humberto con cariño.
Emilio le da la espalda con vergüenza:
--¿te molesta?
Humberto lo abraza con fuerza. Le encanta la idea de ser el primero pero no quiere ir con prisa. Quiere que sea especial para Emilio y ni se lo propone.
--claro que no, a ver si te crees que yo soy una bestia Estuve con un par de chicos pero tampoco es que tenga una gran experiencia
Emilio mira a Humberto sorprendido:
--¿en serio te gusta estar conmigo?
Humberto le saca las gafas:
--claro que sí Me encanta estar contigo
Luego le acaricia la camisa:
--pero te dejaré ropa mía estarás mejor así
--Yo haré lo que tú quieras le dice Emilio deslumbrado.
Se sonríen y siguen besándose hasta que les duele los labios de tanto beso. A medio día salen al jardín. Hay barbacoa familiar. Emilio ha sido integrado en la familia de una manera fulminante y eso lo hace sentirse contento. Humberto está a su lado. No deja de sonreír. Está satisfecho de que su chico haya sido aceptado por sus padres. El único que se muestra arrisco es Marcos. Él y su novia miran a la pareja con dureza. A Emilio le incomoda la mirada de Marcos. Humberto se acerca a su padre que se encarga de la comida: bistec, costillas y salchichas.
--¿te ayudo, papá?
El hombre sonríe a su hijo:
--No, ve con tu novio.
Padre e hijo se miran con complicidad. Humberto se sienta en una tumbona y Emilio muy enganchado a él. Marcos no hace más que quejarse.
--¡hace mucho frío para estar en el jardín¡¡
Emilio y Humberto se miran sorprendidos ya que hace mucho calor. Marcos no hace más que dar indicaciones a su padre de cómo tiene que hacer las cosas sin tener ni idea de nada. Marcos, que está sentado junto a su novia, mira a su hermano con burla y le dice:
--¿y tú qué?¿no haces nada?
Humberto tiene ganas de contestarle que lo mismo que él pero prefiere ignorarlo. Emilio está muy sorprendido:
--pero si él no hace más que quejarse le susurra a su chico.
Humberto le sonríe:
--no le hagas caso ya te dije como era de pesado.
A Marcos le gusta humillar a su hermano contando anécdotas en la que él chico sale mal parado.
--Recuerdo un día que Humberto quería demostrar sus habilidades culinarias con la barbacoa preparando pollo marinado y tuvimos que pedir pizza porque no había quien se lo comiera
Marcos y su novia son los únicos que se ríen. A Humberto no le hace nada de gracia recordar eso. Lo besa para animarlo.
--No me extraña que estés loco porque se case y librarte de él que repelente es tu hermano le susurrayo también estoy deseando perderlo de vista, lástima que no tenga planes.
Humberto sonríe, le gusta que Emilio comparta su opinión sobre Marcos.
Después de comer, los chicos se alejan y se quedan en un banco que tienen bajo un gran árbol para estar a solas. Lo aprovechan para besarse y seguir conociéndose. Cuando ya les hace daño todo el cuerpo suben a la habitación y se siguen besando sobre la cama. Humberto pone música. Bien alto.
--vaya, te gusta la música silenciosa ¿eh?
--¿¡¡¡COMO?¡
Emilio se le ríe:
--¿¡¡NO NOS VAN A REGAÑAR?¡
--¿¿LO DICES POR LA MÚSICA?¡¡
Humberto le explica que tanto su hermano como él tienen las habitaciones insonorizadas. Eso sí, Marcos entra un par de veces gritando:
--¡¡¡bajad el volumen que estoy leyendo y me molesta¡
--¡que caradura¡ --dice Emilio una vez ya se ha ido.
Humberto no le dice nada porque sabe que lo único que quiere es molestar. Le sonríe a Emilio y pone el cerrojo. Emilio mira a Humberto contento de estar al lado de un hombre. Humberto se va moviendo y va bailando según los sonidos de la canción. Humberto se tira a la cama donde está Emilio. Se besan, ven un poco la tele. A los dos les gusta estar en brazos del otro. Les gustaría no tener que moverse. No se dan cuenta que ya tienen la cena encima. No se quieren mover pero tienen que hacerlo. Con mucha pereza se levantan de la cama y salen de la casa. Humberto lo acompaña hasta la parada del autobús. Se besan largamente para poder aguantar hasta el siguiente encuentro.
--falta tanto para mañana dice Humberto que es el que más enamorado está.
Para Emilio es más bien un amigo especial pero se sentía muy solo y acaba de dejarlo y ya le gustaría estar de nuevo con él. Lo echa de menos. Es el amigo que siempre quiso tener.

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