Q POLVO ECHAN

Q POLVO ECHAN

viernes, 5 de febrero de 2010

Capitulo 17



Nicolás está desnudo en la ducha. Se mira al espejo. No le gusta lo que ve.
--con este cuerpo nunca nadie se va a enamorar de mí.
Y eso le causa piensa. Le gustan los guapos pero sólo con los feos puede tener sexo sin pagar. Así que prefiere tener menos sexo pero de calidad. Adrián lo tiene loco. Aún le dura el placer por el espectáculo que, sin pretenderlo, el adolescente le ofreció el día anterior. Tiene más ganas que nunca de verlo. De hecho si no fuera por esa ilusión, por esas ganas de verlo no hubiera ido a la biblioteca porque no tiene ganas de salir. No tiene suerte. Cuando llega no está. Entonces baja para buscar unos libros. No tarda mucho pero cuando vuelve, Adrián está justo en el ordenador de enfrente al suyo peor ¡lo está dejando¡ Nicolás no puede creer su mala suerte.
--¡que rabia¡
Le ve la cara pero no el trasero que es lo que más le apetece. Le gusta ese tierno y gustoso culito que no puede ver. Adrián se va a estudiar en las mesas. Separadas de los ordenadores por estanterías con libros. Desde el ordenador donde está, Nicolás no lo ve pero sí tiene controlado el pasillo y la puerta de los lavabos por si el chico se mueve. Ya le había parecido otra vez pero al dejar el ordenador Adrián no lo cierra tal y como piden las normas.
--hay estos guapos que creen que pueden hacer lo que les venga en gana –piensa Nicolás con una sonrisa.
Adrián está sentado en una mesa muy alta. Nunca ha atendido Nicolás porque hay mesas tan altas que parecen la barra de un bar. Sólo lo ve si se mueve. En un momento dado ve como bosteza levantando los brazos. Nicolás suspira.
--¡cómo me gusta este chiquillo¡
pero no le ofrece ningún momento excitante al hombre. Brinca cada vez que Adrián se levanta por si se le ve algoo va al lavabo pero nada. No puede disfrutar de ese cuerpecito que tanto le gusta.


Al día siguiente, Nicolás y Adrián se encuentran de nuevo en la zona multimedia de la biblioteca. Los toca en la misma mesa el uno frente al otro. Los ordenadores de ambos están pegados uno de cara y el otro de espaldas. Justo el día anterior también les tocó juntos pero no coincidieron. Nicolás está muy contento. No puede creer la suerte que ha tenido. Mira a Adrián y no le ve nada de especial pero a la vez no se lo puede sacar de la cabeza. Le gusta como sonríe ya sea despegando los labios o mostrando los dientes. Se le acerca un amigo, algo feucho, que con complicidad le dice:
--¿has visto? Ahí está la chica esa… la Josefina.
Adrián pone cara de pervertido y dice:
--Hoy la acompaño a casa y…
Con cara de depravado hace gestos de fornicación, él sentado y como si la chica estuviera encima suyo. Imita con las manos los movimientos mientras dice:
--trinqui, trinqui…
A Nicolás le hace gracia:
--vaya, que rápido va este pensando en golfas… --dice para sí Nicolás—tan tierno, tan joven con la cara llena de granos y ¡¡cómo tiene las hormonas de revolucionadas¡
Adrián se ve tierno pero con estos comentarios ha puesto cachondo a Nicolás. Ha visto que aunque adolescente Adrián en el fondo es un hombre que tiene comportamientos sexuales.
--lástima que sus fantasías no son conmigo –dice para sí.
Que tierno haciendo gestos de conformidad con el pulgar levantado mientras sonríe. A Nicolás le gusta mucho el chico. Le ha gustado conocer las fantasías sexuales de un virgencita. Para su sorpresa no se va con ninguna chica sino con un adolescente negro.
--Vaya, no creo que sea con este negrito con quien quiera hacer trinqui, trinqui…
Pero Nicolás se pone cachondo imaginándose a los dos adolescentes desnudos en una cama chupando uno el miembro virgen del otro.
--¡guau¡ ¡Eso estaría genial¡
Nicolás llega a su casa. Suspira por Adrián. Se sienta en el sofá y piensa en él. Adrián le recuerdo a él. No muy agraciado, con ropa anticuada y tímido y con las hormonas revueltas como él. Si dos días anteriores el adolescente le poso cachondo mostrándole los calzoncillos en esta ocasión ha sido su “trinqui trinqui” el que lo ha excitado. Adrián le gusta mucho. Se ve simpático, buen chico.
--si él me dejara yo le cumpliría todas sus fantasías…
Nicolás es consciente que lo que siente es una locura pero no lo puede evitar.

A la salida del bar, antes de comer, David pasa como se costumbre por el lavabo que hay en el parque camino de su casa. Él sale y justo en ese momento entra Hamza. A David le da rabia no haber coincidido. El árabe le gusta mucho. Sonríe muy seductor. David se da cuenta que detrás de Hamza va la chica con burka que siempre va con él. David observa a Hamza como camina y se le ve un bulto impresionante en los genitales. Le enciende mucho.



En el cibercafé se encuentra al amigo de Roger. El día anterior lo ve feo pero ahora le parece guapo.
--será que hoy estoy más cachondo o que al lado de Roger su belleza disminuye. Él está justo en frente de la novia de Roger y el amigo detrás pero de cara a David. A David le gusta mucho mirarlo. Se ha afeitado y lo encuentra muy guapo. En tejanos se le ve un buen culito, grande. El chico le caía mal pero lo recuerda, un día coincidió con él en el lavabo e hizo pis girado como si sintiera asco de David y eso a David le da rabia. No le gusta que ese tipo le despierte deseo pero así es. David siempre lleva auriculares pero justo se le han perdido. Oye que el amigo de Roger le pide a la chica si tiene uno.
--No, sólo tenía los que ya te di.
David siente rabia, le hubiera gustado poder hacerle ese favor al otro. Quien no tarda en aparecer es Hamza. Va con un niño pequeño. Se acerca a Hamza su amiga musulmana. A David le gusta verlos juntos porque siempre que está ella Hamza sonríe muy seductor. Le sorprende ver a Hamza hablan árabe con otro musulmán ya que pensaba que Hamza no hablaría ese idioma.
--que cosas más raras… Si tanto él como Ibrahim hablan árabe ¿porqué entre ellos hablan español?
La curiosidad hace que le atraiga más esos árabes. Además sabe que por algo Hamza rechaza a Ibrahim ya que el segundo es muy simpático con Hamza pero Hamza siempre lo trata frío y no es porque Hamza sea antipático ya que ve a Hamza hablando con 3 chicos musulmanes muy simpático y hasta los abraza. Eso le sorprende.
--¿porqué no es así con Ibrahim? –piensa David.
David ya se ha hecho la historia. Cada vez está más convencido que Ibrahim es gay y por eso Hamza lo rechaza. Ibrahim le encanta. Le gustaría que sí fuera gay y así pudiera tener algo con él.
Esa tarde también se le acumula el trabajo. Llega un chico que no es especialmente guapo, con melena pero le llama la atención.
--este chico cada vez es más maricón –piensa David.
No le gusta un chico tan afeminado que le pueda hacer fama pero le gustaría ver a ese chico en el lavabo. Es algo mayor que él y recuerdo como años atrás ese chico le descubrió el placer de seguir a los chicos en el lavabo. Recuerda con placer como el chico éste hacía pis y tenía la verga agarrada con las dos manos, una encima de otra. No le atrae el chico pero sí sabe que tiene una buena verga entra las piernas y le gustaría conocerla. Como siempre se tiene que tragar sus ganas.

Por otro lado, para Nicolás ir a la biblioteca es ya sinónimo de Adrián. Sólo va para verlo a él. Le gusta el trasero del chiquillo. Es pequeñito pero muy bien formado. Esa tarde lleva jeans pero bien estrechos, se le ve mejor el culillo y al hombre le encanta. No vive ninguna escena con él especialmente excitante pero le gusta verlo. Nicolás va observando todos los movimientos del adolescente. Ve como un amigo se acerca a Adrián y le da un golpe en la cabeza y dos veces. Lo mejor de la tarde es que Nicolás y Adrián van por el mismo camino. Es algo que sorprende a Nicolás ya que siempre Adrián había tomado el camino contrario.
--sólo me faltaría que viviera en mi barrio…
Adrián va muy rápido y a Nicolás le cuesta seguir el ritmo del chico. No quiere que se le pierda. La rapidez de él y la negra noche no se ponen de parte de Nicolás que quiere saber hacia dónde va el chico. Le gusta ir detrás de ese culillo. Tiene que correr para no perderlo. Y justo en el momento que se acaba la línea recta y hay tres posibles direcciones Adrián corre mucho y desaparece. A Nicolás le da rabia.
--¿y este donde se ha metido?
Le ha gustado verlo y le da fuerzas para enfrentarse al fin de semana en donde sabe que no lo verá.
--a ver si la nueva semana me trae suerte y se produce segundo encuentro en el lavabo.


Los amigos de Adrián

Guilherme Bernard es el negro.

Javier Calvo es el feo.

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