Webnovela imaginaria inspirada en Adrián Rodriguez y Mario Casas. ESTO NO ES UNA TELENOVELA DE VERDAD... LAS PERSONAS MENCIONADAS NO TIENEN NADA QUE VER CON ESTE PROYECTO, SOLO INSPIRAN LA WEBNOVELA
Q POLVO ECHAN
viernes, 5 de febrero de 2010
Capitulo 18
Es de nuevo domingo. Emilio tiene ganas de ver a David pero a la vez está herido. Se sintió humillado por la manera en la que lo trató la última vez.
--¡no tiene sentido que vaya¡
Pero hace mucho calor, tiene que esperar a que su abuela salga de misa y su abuela ya da por hecho que va a tomar algo. Está sediento y le apetece tomar algo fresco y obviamente no irá a otro sitio porque además se muere de ganas de verlo a David. Para evitar tentaciones no ha salido apenas de su casa y no se ha acercado al bar porque si lo ve de lejos quedará atrapado y no podrá evitar ir.
--Si lo veo estoy perdido… por eso es mejor no verlo –se dice siempre.
Ese domingo se acerca.
--¡yo no tengo porque huir ni esconderme, soy un cliente. Es él quien se porta mal conmigo¡
De lejos ve justo en la terraza un chico con tejanos cortos. Suspira.
--¡es que es guapísimo¡
Si no hubiera querido ir no se hubiera podido resistir. Es como una alucinación, sólo un espejismo porque cuando llega David no está. No hay ni rastro de él.
--¿es que me lo he imaginado?
David no está ni en la terraza y dentro se ve a alguien en el fondo pero no puede asegurar que fuera él.
--O me lo he imaginado o se ha metido muy rápido.
Incluso camina un poco por las calles de alrededor por si ve a alguien con jeans, alguien a quien haya podido confundir con David.
--¡Era, David¡¡¡seguro¡
Pero no quiere entrar si no está 100 por 100 seguro que estaba. Da vueltas hasta que lo vea. David ha salido un momento a la terraza. Camiseta sin mangas, muy sexy. Jeans cortos. Emilio vibra. Tenía tantas ganas de verlo…
--¡¡es que es el más guapo¡
David vuelve a entrar. Lo ve en la barra, contando los servilleteros para llevarlos a las mesas. David está por fuera. Emilio entra y se coloca a su lado. Es Yoli la que está tras la barra. Se da cuenta de cómo Yoli se ríe y mira a David con complicidad. Yoli se ha dado cuenta que Emilio ha estado dando vueltas hasta que ha visto a David. Éste sabe que Yoli se burla de Emilio por lo que siente por él y le da rabia pensar que se pueda burlar también de él. Centra toda su frustración en Emilio quien con se muestra como si no existiera. Emilio casi ni se atreve a mirarlo para no molestarlo. Lo mira un momento y lo saluda pero David lo ignora. Separa un poco los labios para medio saludarlo para no llamar mucho la atención ya que la jefa está delante. No quiere estar al lado de Emilio y deja lo que ha comenzado a hacer. A Emilio le parece demasiado descarado, un feo demasiado grande hacía él como cliente. David no se vuelve a acercar a la barra mientras Emilio está. Se dedica a recoger las mesas del interior y entra en el almacén y ya se ha quedado ahí. Emilio lo mira poco. Yoli está muy pendiente de las miradas de Emilio riéndose y Emilio no se atreve a mirar mucho. Las miradas de Yoli le hacen sospechar.
--¡A ella le gusta él¡ ¡¡seguro¡ --piensa.
A Emilio le duele pensar que o bien ella y David tienen algo o pueden tener o en cambio para él David es un lindo imposible. Emilio se va molesto.
--¡David se me ha metido muy a dentro pero él está haciendo todo lo posible para que lo odie, para que este amor sólo mío desaparezca¡
Y eso le duele mucho.
--¡con lo fácil que es tenerme contento, tampoco le pide mucho¡
Y Emilio siente celos de Yoli:
--seguro que si yo fuera una tía no me trataría así… al contrario ya se me habría metido entre las piernas o en todo caso estaría encantado de que lo mirara.
Emilio llega a su casa hecho polvo. Ha disimulado mientras ha estado con su abuela, pero ya en su cuarto, con su osito, no se calla.
--¡¡es que este tío es increíble¡ ¡¡yo no sé que le he hecho¡ ¡qué mal le he hecho¡ ¡Debería sentirse contento y orgulloso de que alguien pague sólo para contemplar su belleza tal y como si fuera el mismísimo David de Miguel Ángel, que por cierto no supera en belleza a mi David¡
Emilio está enamorado pero a la vez decepcionado:
--¡tengo que olvidarlo¡ --se dice con dolor.
Es lunes, para David no ha tenido fin de semana. El verano va transcurriendo el trabajo, ve a sus amigos, suspira por los hombres que ve imaginando cual de ellos lo estrenará. Antes de entrar en el trabajo entra en el cibercafé que hay. Aunque es demasiado mayor para él, siempre le ha llamado la atención el camarero. Es bastante guapo, además le atrae la idea de verlo en el lavabo. Tiene curiosidad por ver la verga de un hombre adulto y más de uno que está bien. Siempre va vestido muy elegante y por eso le sorprende verlo en jeans y cortos. Le hace muy sexy, Camina de una manera chulesca, un poco macarra que le encanta. David se fija hace meses que lo conoce y jamás lo había visto en jeans y tampoco ha coincidido en el baño. Ese día lo ve ir y lo sigue. David está muy exaltado. Tiene ganas que pasa algo especial en su vida.
--¡a lo mejor hoy me estreno¡ ¡¡y con un hombre de verdad¡ --piensa para sí.
Le excita la idea que sea el camarero, que sabe que se llama Abel, quien le robe de una vez por todas su molesta virginidad. Al camarero le incomoda la presencia del joven. Aunque David no quiere que se le haga fama de gay, Abel sabe perfectamente para qué David lo ha seguido. Se aparta de él en seguida. A David le da rabia sentirse rechazado pero almenos le calma haberle visto la verga. Aunque es muy pequeña.
--No merece la pena… --piensa—aunque bueno… seguro que se le pone muy gorda.
A David le encanta haber coincidido con el hombre. Lo mira de una manera especial.
--Es curioso, con el tiempo que lo conozco y nunca lo había visto ni con jeans ni en el lavabo y hoy he logrado las dos cosas –dice para sí.
Lo que lamenta es que no pasa nada más entre ellos dos. Aunque los ha visto más guapos y más musculosos, el conjunto le gusta. Le atrae. Se le hace muy seductor. Le gusta mucho como camina, parece que baile. Ve una chica jovencita y se acerca a ella muy divertido, coqueto.
--¡lástima que a mí no me trate así¡ --se dice David.
Nunca había visto a Abel tan informal y le parece espectacular. Le gusta mucho. Los jeans caídos para tampoco mucho. Muy sexy.
--Así me gusta con la verga bien suelta…
David se imagina los genitales del hombre moviéndose dentro de esos jeans, pudiéndolos agarrar por el sobrante del pantalón y se pone calientísimo. Le encantaría que Abel lo estrenara ahí mismo, poco le importa si lo ven. Es algo que le apetece y mucho.
--¡¡Es que es tan sexy¡ Tiene buen culo… ¡me encanta este macho¡
Parece que le está coqueteando a la chica y eso enciende mucho a David, le gustaría estar en lugar de la chica.
Es de noche cuando Adrián llega a su casa.
--papá… ¿has llegado?
--Si, ahora salgo…
Abel se está duchando. Padre e hijo viven solos. Entre ambos hay mucha confianza. Abel sale totalmente desnudo de la ducha mientras Adrián hace pis. Abel se va secando.
--¿tienes algún problema?
Adrián dice que no mientras se sube la cremallera. Abel acaricia a su hijo con mucho cariño.
--te conozco. No me puedes mentir.
--No, nada… Es que un amigo celebró su cumpleaños… y hablaba de la gente que vino… Sólo de familia eran 40…
Abel se pone la toalla en la cintura:
--bueno pero tú y yo nos tenemos el uno al otro… ¿no te parece genial?
Adrián está un poco triste.
--¿es que porqué no tenemos familia?
Abel es muy cariñoso con su hijo:
--Bueno ya sabes, tu abuela me tuve que fue madre soltera. Salió de su pueblo y nunca más se supo de la familia…
--¿y mi mamá?
Abel acaricia a su hijo fraternalmente:
--Ya te he explicado la historia muchas veces… Nunca te he ocultado nada…
--Lo sé… es que me parece increíble que a ti tu papá te abandonara y a mí mamá…
--Pues así es… ¿es que no me crees?
Entre padre e hijo nunca ha habido secretos.
--claro que sí.
Se funden en un cálido abrazo.
--algún día tú podrás formar una gran familia…
--¡pero de eso falta mucho… aunque ya me gustaría hacer el encargo pero sin el encargo…
Padre e hijo se miran con complicidad. Abel se encierra en su habitación. En el fondo de un cajón tiene una foto antigua, sabe que es su padre. Un hombre igual a Salvador pero con ropa más antigua. No sabe si debe enseñársela a su hijo. No le apetece pensar que su hijo quiere encontrar a la familia de su abuelo pero por otro lado siente que a lo mejor le está privando a su hijo de la gran familia que desea tener.
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