viernes, 5 de febrero de 2010

Capitulo 11



(el guapo que le gusta a Emilio)

Emilio se había acostumbrado a ver todos los días a David y le cuesta dejar de hacerlo.
--¿y si voy pero sólo entro si veo que él me va a atender?
Pero luego decide que no.
--¡que se entere que me ha hecho daño¡ ¡¡que ni me vean¡
Emilio está muy dolido. Siente que David lo ha humillado y no quiere que David sepa lo vital que es para él verlo.
--¡que parezca que no me importa¡
El primer día sin ir al bar y verlo se le hace muy duro. Se la pasa encerrado en casa. No quiere salir para no tener tentaciones de ir a buscarlo. David se le ha metido a Emilio muy a dentro. Lo lleva en la sangre. Emilio así se lo cuenta a su osito:
--Es que definitivamente es mi droga y es como si tuviera el mono.
Le ha costado a Emilio resistir. Sabe que si sale puede ir a ver a David. Está muy agobiado y para distraerse decide ir a dar una vuelta pero a las cuatro. En una hora en la que sabe que no encontrará a David. Justo yendo para el centro se encuentra a Yoli que lo saluda muy fríamente.
--¿será porque se ha dado cuenta que ha pasado algo? ¡¡pues que le reclame a David que no voy por culpa de él¡ --piensa Emilio.
A Emilio le cae bien la chica, le recuerda a David y le duele que ella lo salude tan mal.
--para que él me salude así mejor que ni me salude…
Poco después Emilio se encuentra con un hombre guapo que le gusta mucho y lleva uno de los helados que venden en el bar.
--¡es que esto parece que sea para tentarme¡ --piensa Emilio.
Emilio es consciente que no podrá aguantar mucho tiempo sin ver a David. Cuando llega a su casa así se lo cuenta a su osito:
--No podré dejar de ir pero así por rutina no. Si paso y veo que él me atenderá bien sino no.
Emilio no ha querido estar en la calle en las horas que sabe que David trabaja para evitar tentaciones de ir a buscarlo.
--pero no se lo merecen…
Emilio está dolido por la manera en la que tanto Yoli como David tratan en la calle a un cliente diario.
--¡¡Debo aguantar sin ir… es lo que se merecen esos estúpidos¡
A Emilio se le escapan las lágrimas. Sigue hablando al osito al que tiene muy abrazado.
--Es triste como ha venido a acabar esta historia de amor… Nunca lo hubiera imaginado.
Emilio no entiende porque David se ha comportado con él de esa manera.
--Mi guapo me ha herido… él jamás sabrá la felicidad que me estaba dando, me conformaba con tan poco y ahora me ha herido de muerte. Me ha hundido. Ojalá no lo hubiera visto el viernes. Nunca había sido tan feliz como en estos días y era gracias a él… ahora lo he perdido todo…




(Michel Gurfi es el guapo al que sigue David)
David pasa el día intranquilo. Le sorprende que Emilio no haya ido.
--¿es por mí? ¿le habrá molestado algo de mí? A lo mejor será porque he descubierto su juego… ¡¡pues mejor¡
David es muy duro con Emilio. Siente que lo odia aunque en el fondo siente envidia de él porque Emilio no oculta que es gay.
--¡yo no soy como él¡
Emilio le produce rechaza pero también le duele pensar que Emilio lo pasa mal.
--¡ya encontrará a otro a quien molestar¡
Pensar en Emilio le causa ansiedad. Siente unas enormes ganas de tener sexo. De conocer a un hombre pero a la vez le da miedo. No quiere que se enteren sus padres. Tampoco sabe cómo hacerlo, cómo entrarle a un chico. Espera que algún chico tome la iniciativa y se pueda estrenar.
--¡y si es guapo mejor¡
Aunque está cansado, no quiere llegar a casa. Pasa por un bar a jugar a las máquinas. Tiene más ganas que nunca de hombre. Sigue a uno al lavabo sin ni ver si es guapo o no. Le ve la verga en el momento que le pone. Grandecita y gorda. A David le gusta. El hombre sólo está un segundo. Siente la mirada de David y se va. Eso le molesta a David. Se lo reclama así mismo.
--¡¡es que te vas a echar fama¡ ¡¡no tienes que ir siguiendo a la gente¡
Pero al cabo de un rato no tarda de seguir a otro hombre. No es guapo pero es árabe. Siente una atracción especial hacia las otras razas. Tiene curiosidad por ver una verga árabe. A David le excita ver que está muy separada. Se la ve bien aunque la tiene muy agarrada pero le ve más o menos la mitad. Unos 8 centímetros así que calcula que el tipo tiene un buen aparato. Le ha gustado verlo:
--aunque lo mejor hubiera sido tenerla en la boca –piensa.

(Mohamed Nour es el árabe del que se fija David)

Al rato encuentro al hombre cerca de su casa y se pone nervioso. No le gustaría que se corriera el rumor que le gusta seguir a los chicos al lavabo para verles la verga.

Comienza un nuevo día. Es el segundo día en el que Emilio no pasa por el bar. David dice que mejor pero está inquieto. Piensa en Emilio con ansiedad y frustración. A medio día, al ir a su casa, ve a un hombre árabe yendo a los lavabos públicos de un parque por el que pasa. El día anterior se quedó con las ganas de tener algo con el chico árabe al que le vio la verga.
--¡ojalá éste si me deje¡
No es guapo especialmente pero le atrae su raza. Desea conocer su verga. Así que no lo duda. Justo en el momento en que David se coloca, el árabe huye. Se guarda su herramienta sin escurrir. Se la guarda muy precipitadamente. David escucha el fuerte ruido de los calzoncillos. David siente frustración y rabioso.
--¿¿¡qué se ha creído este al huir de mí?¡ ¡¡ni que lo hubiera hecho algo¡ ¡Esto no se puede permitir¡ ¡¿¿es que ya tengo fama de maricón?¿o qué?
Eso lo asusta pero sus hormonas lo vencen. Justo en ese momento entra un hombre. Guapo, con barba. Entonces David no se mueve. El nuevo hombre hace pis girado. Está de espaldas a David. El chico se sorprende. Nunca le había ocurrido algo tan exagerado.
--vaya, que pedazo de tesoro que debe esconder el chico
Aunque le molesta sentir el rechazo de los chicos, eso aumenta su ansiedad, su desesperado. Tiene ganas de verga así que se queda un rato en los exteriores. Ve al hombre caches al que le vio la verga. Tiene ganas de ver una y está seguro que ese hombre se le permitirá porque la vez que estuvo a su lado estaba muy separado. Pero no. En esta ocasión, el hombre (que ya se ha dado cuenta de las intenciones del reprimido David) está muy junto. Se ha puesto a silbar y se ha ido tan precipitadamente como el primero.
--Vaya, he fallado 3 de 3.
Se siente molesto porque han huido de él y a la vez frustrado porque no ha logrado lo que quería.


(Miquel Sitjar el que hace pis girado)

Por su lado, Emilio también se siente frustrado porque no está con David. Es su segundo día sin verlo. Se la ha pasado encerrado en su casa. Hablando con su osito.
--Nunca hubiera pensando que me sería tan duro la “desintoxicación” y es que estoy verdaderamente en periodo de abstinencia. Sabía que sería duro y lo es aunque no pensaba que tanto. Es duro de ver a mi guapo camarero pero ya he logrado sobrevivir ¡2 días¡ Es un record acostumbrado como estoy a verlo a diario.
Emilio ama a David. Necesita verlo. Por un lado su corazón le dice que vaya y su cabeza que no. Emilio está enfadado, siente que se va iría un poco a la defensiva y que así no le merece la pena.
--A ver cuanto aguanto…
Sabe que tarde o temprano caerá y volverá:
--sino no se me haría tan dura la intoxicación pero me gustaría aguantar hasta el fin de semana que tengo que pasar por ahí. No salir apropósito.
Esta semana se le está haciendo dura. Desearía que pasara los días volando, que acabara el verano y volviera a clase:
--seguro que un nuevo amor me haría olvidarlo –dice con esperanza pero a la vez con tristeza.

Tercer día de abstinencia para Emilio sin David y con éxito. No sale a la calle. Así está más tranquilo. Echan en la tele una película de un actor que le gusta mucho y eso le ha animado. Le ha hecho ilusión ver la película.

Esa noche, Emilio sueña con David. Están los dos en la cama. Vestidos pero sin camisa. David es muy cariñoso con él.
--¿es que no te dabas cuenta que me tenías loco?
Emilio mira a David enamorado:
--¿en serio?
--bésame y te lo demuestro…
Justo en ese momento Emilio despierta. Se siente más enamorado que nunca de David y con unas enormes ganas de verlo.

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