lunes, 8 de febrero de 2010

Capitulo 36















Emilio está desconcertado. Espera ver a Humberto y el que está es Marcos.
--¿Dónde está Humberto?
Marcos le pone la mano la mano en los hombros. Se muestra amistoso.
--Mi hermano es así le ha salido un plan mejor Ahora mismo debe estar acostándose con otro
--¡no lo creo¡ ¡¡no es verdad¡
Marcos se levanta y señala el auto en el que ha venido:
--hay está jodiendo con otro Ves a comprobarlo
Humberto está durmiendo tranquilamente en su cama. Marcos sabe que Emilio no lo comprobará. Se le escapa las lágrimas. Va negando con la cabeza.
--Esto no puede ser ¡¡Humberto me ha citado aquí¡
Marcos se finge dulce. Seca las lágrimas de Emilio:
--un chico tan guapo como tú no debe llorar. El imbécil de mi hermano no merece ninguna de tus lágrimas.
Marcos habla durante buen rato. Deja atrás el chico brusco que ha conocido Emilio y se muestra de una manera agradable y simpática. Su voz es relajante.
--Todo ha sido una casualidad Yo vengo mucho aquí, estaba con unos amigos Llegó Humberto y no sé como se fue con mi amigo.
Le pone la mano en los hombros. Le ofrece una falsa amistad.
--En serio Ve ve a buscarlo. Sí lo ves con tus propios ojos te acabarás de desengañar
Emilio llora. Siente rabia. Todo era muy hermoso con Humberto y le da rabia pensar que es mentira. Marcos lo abraza. Se muestra cariñoso. Lo agarra de la mano y van hacia el mar.
--ven conmigo.
Emilio se siente muy a gusto con él sin olvidar la atracción que siempre ha sentido hacia el hermano de su novio. Se acercan al agua.
--No hay nada como un buen baño para esquivar las penas.
Emilio no lo siga. Marcos se suelta. Sin sacarse la ropa se mete en el agua de pies a cabeza. Emilio se queda en la orilla mirándolo incrédulo. Marcos le hace gestos y señales.
--¡ven, tío. No me dejes solo¡ ¡Es muy relajante y purificante¡ ¡¡Es lo que necesitas para sacudir la tristeza¡
Emilio se siente embrujado por la belleza de Marcos. Es como si su pícara sonrisa y su mirada seductora lo hubiera hipnotizado. Lo acompaña. Se sonríen, se agarran de las manos. Se agachan, el agua cubre sus cabezas. Bucean y luego nadan hacia la superficie. Se miran intensamente. Emilio se encuentro bajo un hechizo. Un hechizo sexual. El irresistible atractivo de Marcos lo ha atrapado. Y allá, en medio del mar, bajo la influencia de la luna y las estrellas se besan. Es un beso explosivo. Emilio siente escalofríos por todo el cuerpo. Está borracho de placer. Salen del agua mojados y helados. Se quedan observándose el uno ante el otro. La pasión se ha encendido en los ojos de Emilio como nunca antes nadie la había encendido. Marcos ha prendido la mecha y ya no se puede parar el fuego que domina a Emilio. Los ojos de Marcos están encendidos pero de una maldad que lo hace aún más atractivo. Emilio no siente más que enormes deseos de acostarse con ese chico tan guapo.
--¿me deseas? le pregunta Marcos sensualmente.
Emilio está muy sofocado. Las palabras sobran. Dice que sí con la cabeza. Se empiezan a desnudar el uno frente al otro. Se miran pícaros. Se excitan ante la oscura desnudez del otro. Emilio se agacha en la arena. En posición de perrito. Y en seguida el cuerpo desnudo de Marcos lo cubre. Marcos es bastante bruto. Emilio ahoga un grito de dolor mientras Marcos se clava en él con profundidad y mucha agresividad. Emilio se retuerce de placer y de dolor. Es un daño agudo pero un gusto suave que le gusta aunque no dura mucho. Es una sensación indescriptible la que siente Emilio. Es su primera vez. Nunca pensó que pueda existir algo tan intenso. No es por amor como había deseado sino por lujuria pero lo disfruta mucho. Emilio suda y grita. Los jadeos de uno se confunden con el del otro. Marcos explota. Emilio nunca imaginó que pudiera disfrutar tanto del sexo. Marcos es todo un profesional y aunque se comporta como una bestia, a Emilio le gusta mucho esa bestia. Emilio cae en la arena agotado. Está roto por dentro. A la vez es cómo si se hubiera roto el hechizo al que lo tenía sometido Marcos. Por primera vez Emilio se da cuenta que acaba de cometer un error y que lo tendría que pagar caro. Su cuerpo desnudo, antes lleno de placer ahora se llena de vergüenza ante el cuerpo desnudo del otro. Ha sido un momento salvaje, increíble. Sexo puro y duro. Marcos es todo un semental y Emilio siente que durante mucho tiempo tendrá en su cuerpo las huellas de placer que ha dejado la verga de Marcos mientras entraba en su cuerpo. Pero ¿y ahora qué? ¿cuántas lágrimas tendrá que derramar por esos minutos de placer? Sabía que ese momento de placer le iba a costar cara pero no tan pronto. Emilio se da cuenta que ha caído en una trampa porque luego de su primera vez le dice con desprecio:
--Mi hermano no está en el coche imbécil Está durmiendo en casa ¡Yo te he mandado el mensaje¡
--porqué? aturdido.
Marcos se burla:
--¡¡eres un mierda¡ ¿¿en serio creías que alguien como yo se iba a interesar en ti?¡
Emilio se siente destrozado. No puede creer que el hombre con el que ha vivido su primera vez lo trate de esa manera. Marcos es lo más cruel que puede. Lo trata con mucha dureza.
--¡¡ha sido para demostrarle a mi hermano que sí eres virgen es porque él no es lo suficientemente hombre ¡¡te vas a enterar, maricón de mierda¡ ¡¡te voy a hundir¡
Marcos desnudo, con la ropa de ambos entre las manos. Se va acercando al auto.
--Dame la ropa --le suplica Emilio sollozando.
--A ver como le explicas a mi hermano que yo tengo tu ropa --Marcos riendo.
--No me gustan tus bromas
--¡No es una broma imbécil¡
Marcos entra desnudo en el auto tirando dentro la ropa de ambos. Emilio se queda desnudo y asustado. El miedo que siente por la situación le da fuerzas para enfrentarse un poco a Marcos:
--No creo que a tu novia le interese saber que eres maricón
Marcos lo tumba de un puñetazo. Con mucho odio le dice:
--¡No te quiero volver a ver cerca de mi hermano¡ ¡¡si tú lo dejas te ahorraré la humillación y sino te dejaré en ridículo¡
--No me hagas esto --llora Emilio desde la arena.
Marcos le da una patada en toda la cara riendo. Marcos se va en su auto riendo. Lo deja totalmente desnudo. Emilio siente dolor, rabia.
--¡¡Mierda mierda¡
Está desesperado.
--¿y ahora qué hago?
Nunca pensó en acostarse con un chico guapo que apenas conoce, que éste se burlara de él y lo dejara desnudo en la calle. Y lo peor es que le ha fallado al único hombre que se ha portado bien con él.
--¡¡me merezco lo que me está pasando¡ ¡¡me lo merezco¡
Se arma de valor. Se tapa los genitales y deseando no encontrar a nadie sale corriendo hasta su casa. Llama al timbre de su casa.
--¡¡abre¡ ¡¡abre¡
Su abuela lo hace esperar. No lo ha visto nadie en todo el camino.
--como salga algún vecino me muero
La voz de la abuela suena medio dormida por el interfono.
--¿Quién es?
--Yo --dice Emilio tímido.
--¿y quien es yo?
Emilio no se esperaba esa respuesta de su abuela. Está nervioso. Le preocupa que alguien llegue a verla.
--¡abre ahora mismo¡ --dice enfadado.
La abuela le abre. Se asusta al ver a su nieto entrar desnudo.
--¿qué haces así?
Emilio está muy angustiado. Lo paga con su abuela.
--¿¿¡No ves que me han robado?
--pero ¿te han hecho daño? preocupada.
--No, estoy bien.
El chico no da más explicaciones. Se encierra en su cuarto. Se tira sobre su cama y llora amargamente.
--¡¡Tonto¡¡tonto¡ ¡¡tonto¡
Quisiera que todo fuera una pesadilla. Despertar y que esa noche no hubiera existido.
--¿¿y ahora qué hago?
No está enamorado de Humberto pero no lo quiere lastimar y le duele tener que renunciar a él.





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