viernes, 5 de febrero de 2010

Capitulo 15


Emilio está muy contento por haberle visto los calzoncillos a David. Así se lo comenta a su osito.
--¡tengo tantas ganas de volver a verlo¡
Emilio piensa en de nuevo volver al bar todos los días. Es que ama y desea a ese chico. No sabe el tiempo que le dure el tenerlo controlado y no quiere desaprovechar la ocasión.
--¡tengo que ir, tengo que volver¡ --piensa excitado por la escena que tiene grabada en la retina y que le ha hecho disfrutar esa mañana.
Por otro lado, Emilio sabe que no tiene sentido seguir gastando dinero:
--¡él no me traga y no siempre me va a enseñar los calzoncillos¡
David le gusta. Ir de vez en cuando para sacarse las ganas y tener la esperanza de que pase algo, de que almenos lo vea como esa mañana si esta bien pero para eso no tiene que ir todos los días. Emilio se tumba en la cama, se va tocando cachondo pensando en David. Imaginándose sin ropa, sólo con esos calzoncillos. Lamenta haber pasado por detrás y no por arriba ya que lo hubiera pillado de cara.
--Es que me hubiera muerto del gusto.
El chico le gusta mucho. Cada vez más. Le duele sentir el rechazo de él.
--lástima que sea tan antipático, que le moleste mi devoción hacía él pero él a mí me gusta mucho. Es el amor de mi vida.
Nunca un chico le había gustado de esa manera y le duele pensar que no vaya a tener nada con él pero le gusta poder verlo siempre que quiera aunque sea de lejos. Ver como se comporta.
--me gusta mucho –dice abrazando a su osito con fuerza.
Cierra los ojos y piensa en David. Suspira muy enamorado. Además está muy cachondo. Su cuerpo lo delata. Estaba dolido por como David lo había ignorado al no saludarlo, quería olvidarlo pero ahora al verlo en calzoncillos la llama del amor ha vuelto a encenderse con fuerzas aunque en realidad no se había apagado aunque sí ahora ha aumentado..
--ningún chico me ha marcado como él –sigue hablándole a su osito—me encanta, necesito verlo y a la vez me pone tan triste pensar que no pasará nada entre él y yo, que llegará un día en que no lo vuelva a ver…


Un día después, Emilio no piensa. Ama y desea a David. Tiene muchas ganas de verlo. Después del subidón del día anterior, no puede quedarse encerrado en casa. Necesita verlo. Llega al bar muy ansioso. Hay mucha gente. Tenían mucho trabajo.
--mejor no voy o me espero… --dice para sí.
Pero es que tenía tantas ganas de estar cerca de él… David lleva una camiseta marrón con el número 42 y los pantalones del día anterior. David está en la terraza cobrando a varias personas. Entonces Emilio entra porque sabía que David tiene que entrar y porque le toca pasar por detrás suyo. Lo tiene tan cerca que hasta le hubiera podido pellizcar el trasero. David está hablando con una rubia. No se le ve nada de culo, 0 sexy. Entra, deja la bandeja al lado de Emilio. Ni lo mira, ni se molesta en atenderlo cosa que a Emilio le molesta mucho. Al principio nunca lo ha dejado esperando, si le podía atender él lo hacía. David pone un helado y un refresco y sale con todo en la mano. Emilio se da cuenta que en una estantería tienen hasta 5 bandejas.
--entonces no entiende la manía de llevar las cosas en la mano… ¿porqué está falta de profesionalidad? Además que es más cómodo.
David vuelve a entrar. Mientras pone un helado, mira al exterior y riendo le hace gestos como diciéndole ¡que te estoy viendo¡
--¿porqué conmigo es tan antipático? –se pregunta Emilio-- ¿qué le he hecho yo aparte de gastarme una “fortuna” por él?
Yoli está a tope de trabajo. David es el que está más relajado. Emilio está mucho rato solo en la barra. Yoli está en el almacén pero David está en la terraza.
--¡si en 30 segundos me sirve si no lo hace es porque no le da la gana¡ --dice Emilio para sí molesto.
Emilio ve a David pasar muy deprisa detrás suyo. David atiende incluso a personas que llegan después que él y de Emilio pasa. No lo atiende hasta que sale Yoli. Luego de nuevo tiene que esperar mucho rato con el dinero en la mano. David en la barra atiende a gente que se asoma desde la calle a una ventana que da a la barra. Ve a Emilio con el dinero pero pasa de él. Emilio sabe que en otro momento o a otra persona le hubiera atendido así que se lo toma como algo personal y le duele. Le duele mucho. Emilio está convencido que David en algún momento le recogerá el dinero. David está delante de Emilio, atendiendo a otra gente pero ni lo mira. Emilio le pone el dinero justo delante:
--¿es esto? –le pregunta.
David no le dice nada. Agarra el dinero y lo deja en la caja sin ni mirarlo. Emilio se va muy dolido. Muy decepcionado.
--¡¡es que para qué he tenido que ir¡ ¡¡es que ya me había acostumbrado a no ir en toda la semana…¡
Emilio vuelve a su casa deprimido y recriminándose haber caído de nuevo en sus ganas de ver a David. El camarero se siente incomodo, extraño ante la presencia de Emilio. Le aturde. Ni quiere que vuelva a ir todo los días. Emilio se encierra en su cuarto. Lo llora a su osito:
--¡¡¡es que lo estoy detestando¡ --dice con rabia.
Se le escapa una lágrima:
--pero aún lo llevo muy dentro mío.
Lo ama y está herido.
--¡pero ahora sí no pienso volver, se ha acabado¡ ¡¡es un imbécil¡
Emilio está muy triste. Se desahoga hablando a su osito:
--El imbécil de los macizos me ha amargado el día… es que el tío es tan idiota como buenorro. No debería volver pero es que me gusta mucho.
Siente rabia, llora.
--La semana pasada sólo fui en domingo y así debe ser…. No debo volver a ir entre semana. De hecho es los domingos el día que lo he visto más cotidiano…
Emilio pensaba en salir algún día, para encontrarlo antes de que fuera al trabajo. Verlo como si fuera casualidad para saludarlo.
--¡pero si ya sé que no me va a saludar para que hacerme pasar corajes¡ ¡no tiene sentido¡ Prefiero gozar de él a la distancia como el domingo pasado que él ni me miró pero me hizo muy feliz, disfruté mucho. ¿para qué verlo de cerca si me va a hacer rabiar como hoy? Yo ya sé que no me quiere atender pero es que hoy se ha pasado, esto no es cumplir ni con su trabajo.
Emilio tenía la esperanza que algo cambiara, que David volviera a ser el chico simpático que cuando comenzó a ir al bar.
--Sé que no es una sorpresa, que se ha portada como un cerdo conmigo pero no sé… es el jueves me pareció que me saludado y yo creía que sería más amable.
Emilio está dolido, el comportamiento de David le ha hecho mucho daño.
--¡debería pasar de él¡ ¡ ¡no volver a verlo¡
Pero eso sería un castigo para él. No para David y le hace daño pensar en no volver a verlo.





Después de comer, David está como de costumbre en el cibercafé. Tiene al lado a Hamza y eso lo excita pero no le gusta que sea tan antipático.
--¡con lo buena persona que se ve Ibrahim … ya me gustaría a mí que fuera así conmigo¡
Ibrahim está cerca pero Hamza no le dice nada.
--¡con lo que me gustaría ver a los dos juntos otro vez¡ --se dice David excitado.
Los dos le ponen cachondo. Hamza ya no va cojo.
--menos mal que no fue nada importante –piensa David.
Se le ven los calzoncillos que son los mismos de siempre. Ibrahim es guapísimo.
--¡es que me encanta¡ --piensa David.
Su trasero es pequeño pero muy sexy. No se le marca pero las arruguitas que se le hacen con esos jeans negros son muy sexys. Antes de entrar en el bar ve también a un chico que le gusta mucho.
--¡que buen culo¡ --murmura.
Es un chico con un culo que le gusta mucho. Delgadito pero con mucho volumen. Además es muy guapo. Le gusta mucho.

( Adam sinclair)
Más tarde, Nicolás está como siempre en la biblioteca. En el momento que se pone en el ordenador que le ha tocado, se da cuenta que a Adrián le ha tocado casi en frente. Y eso lo tiene muy contento. Cada vez que el chico se levanta, a Nicolás le pone muy cachondo su culito pequeño pero muy bien remarcada por los jeans. No se le ve aplastado y eso le gusta. En un momento dado se levanta alzando los brazos y se le ve mucho la goma de los calzoncillos. Nicolás se excita mucho. No entiende que le ha hecho este chico. Con gafas y cara llena de granos.
--¡es que ni siquiera es guapo¡ --se dice Nicolás para sí sorprendido.
Siempre se ha sentido atraído por chicos guapos y jóvenes pero nunca tan jóvenes y Adrián no es especialmente guapo. Muchos adolescentes van mostrando los calzoncillos y no pasa nada.
--¡a mi no me ponía cachondo cualquiera¡ ¿¿qué tiene este chico de diferente? –se pregunta.

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